La familia tiene la misión de ser, cada vez mas, lo que es, con toda seguridad, debe ser un lugar de comunión y de amor. Juan Pablo II
El Papa Juan Pablo II: “La familia tiene la misión de ser, cada vez mas, lo que es”. (Familiaris Consorcio, 17) La familia, con toda seguridad, es (o debería ser) un lugar de comunión y de amor, que lucha siempre por renovar y vivir intensamente, la conciencia de pertenecer a una familia y alentar a que se esfuercen mas por vivir los auténticos valores familiares y la vivencia del amor en el aquí y ahora de la historia personal.
Todos hemos recibido la vida de una pareja -de un hombre y una mujer- movidos por el amor, -quizá movidos por la pasión- pero todos hemos recibido la vida de alguien.
Nunca nos damos la vida a nosotros mismos. Esta experiencia vital es una bendición. Tenemos marcado en nuestro ser una realidad de gratuidad: somos un don. Esta evidencia nos comunica un sentido de pertenencia que siempre debemos valorar: nacimos de un matrimonio que nos vincula a él.
Es el vinculo mas fuerte. Recibimos la existencia en el seno de una familia, aunque sea pequeña y frágil, pero siempre estamos enlazados desde lo mas profundo y llamados a fortalecer, curar y hacer crecer este vinculo.
Cuando se pierde dicho vinculo, la reconciliación de hace necesaria. En Camino muchos han encontrado esta reconciliación.
Ciertamente nosotros no decidimos en qué hogar nacer; sin embargo, cuando reflexionamos sobre nuestra vida, con todas sus circunstancias, si tenemos la posibilidad de DECIDIR por qué modelo de familia queremos luchar o qué tipo de familia queremos formar. Esta decisión depende de nosotros. Siempre tendremos la oportunidad de rectificar y buscar los caminos hasta encontrarla. “SI SE PUEDE”
Dios esta presente en la comuni6n familiar. Cuando un hombre y una mujer se unen de corazón para formar una nueva familia y se abren a la dimensión de la gracia y del sacramento, Dios esta presente. Esa es nuestra fe en el Sacramento del Matrimonio. El Papa Francisco, en su Exhortación “Amoris laetitia”, dice que: “Siempre hemos hablado de la inhabitación divina en el corazón de la persona que vive en gracia. Hoy podemos decir –
también que La Trinidad esta presente en el templo de la comunión matrimonial. Así como habita en las alabanzas de su pueblo (cf. Sal22, 4), vive íntimamente en el amor conyugal que le da gloria.”
El eslogan que usamos en Camino: “Si salvamos la familia, salvamos la sociedad,” tiene que ver con esta visión que estamos reflexionando. La comunión que viven los esposos se extiende, o se debería extender a todos los otros lazos familiares: hijo, nieto, hermano, abuelos… Como decía Juan Pablo II: “Todos los miembros de la familia, cada uno según su propio don, tienen la gracia y la responsabilidad de construir, día a día, la comunión de las personas, haciendo de la familia una «escuela de humanidad más completa y más rica»: es lo que sucede con el cuidado y el amor hacia los pequeños, los enfermos y los ancianos; con el servicio reciproco de todos los días, compartiendo los bienes, alegrías y sufrimientos.” (Familiaris Consortio, 21).
Cada uno desde su particularidad y desde su lugar en la familia, puede comunicar el amor de Dios en su familia, siempre que permita que El se haga presente y se manifieste en su vida personal, por mas dificultades que se puedan presentar en la vida familiar. El nos sostiene con su Providencia y su Gracia.
Vivir en comunión en nuestra familia es hermoso, pero es también un DESAFIO y, por eso, estamos llamados a esforzarnos por acoger la gracia y contribuir para que nuestra familia crezca y viva la plenitud del amor. Es una de las misiones mas importantes que recibimos como seres humanos y como cristianos. Las Misión de Camino camina en esa dirección.
La conclusión es clara: Que cada familia viva la experiencia de la unidad. Eso no significa que todos sean iguales, o que no existan peleas, o desencuentros, sino que la tendencia debe ser la comunión sin desanimarse nunca. Trabajar juntos para arreglar aquello que se quebré y volver a la sintonía cuando los malentendidos se hagan presentes. O sea: TRABAJAR, sin prisa, pero sin pausa, en la reconciliación diaria, si es preciso.
PREGUNTAS PARA LA REFLEXION
1).- El primer derecho que poseemos, al nacer, es el derecho a la vida. Así reza la Declaración Universal de los Derechos Humanos. En el Documento La familia en los tiempos modernos (F.C.) nos dice el Papa Juan Pablo II que la vida es un DON. ¿Cuál debe ser nuestra actitud frente a la vida que se nos ha dado?
2).- ¿Cual es el vinculo mas fuerte que existe entre las personas y entre los grupos? ¿Por qué razón?
3).- Nosotros no escogimos en qué hogar nacer, pero ¿Podemos escoger qué modelo de hogar queremos vivir?
4).- Han meditado alguna vez sobre lo que se llama una familia extendida? En psicología se entiende por familia extendida a lo que se refiere a las conexiones de sangre o parentesco. ¿Qué comuni6n debe existir entre todos los miembros de una familia extendida? ¿Qué problemas causa cuando se rompen?
5).- ¿Cual seria el remedio para sanar unas relaciones familiares rotas?