Reflexiones

Fomentando la vida conyugal se alcanza la plenitud del amor

Colosenses 3:12-17
“12.Pónganse, pues, el vestido que conviene a los elegidos de Dios, sus santos muy queridos: la compasión tierna, la bondad, la humildad, la mansedumbre, la paciencia. 13.Sopórtense y perdónense unos a otros si uno tiene motivo de queja contra otro. Como el Señor los perdonó, a su vez hagan ustedes lo mismo. 14.Por encima de esta vestidura pondrán como cinturón el amor, para que el conjunto sea perfecto. 15.Así la paz de Cristo reinará en sus corazones, pues para esto fueron llamados y reunidos. Finalmente, sean agradecidos. 16.Que la palabra de Cristo habite en ustedes y esté a sus anchas. Tengan sabiduría, para que se puedan aconsejar unos a otros y se afirmen mutuamente con salmos, himnos y alabanzas espontáneas. Que la gracia ponga en sus corazones un cántico a Dios, 17.y todo lo que puedan decir o hacer, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.”

El fuego que no se alimenta se extingue. El amor que no se cultiva, muere. El comercio emitió una medalla con una leyenda: “Hoy te quiero más que ayer,” y en la otra cara: “mañana te querré más que hoy.” ¿Cómo cultivar el amor? ¿Cómo fomentar la convivencia conyugal para que el amor crezca cada día y se convierta en una llamarada que caliente todos los rincones de la vida y del hogar y se convierta en fuente de paz y felicidad? Si no crece el amor, la vida se vuelve rutinaria. La rutina mata el amor.

 Existe una receta infalible, capaz de alimentar el fuego del amor. Se llama SACRIFICIO, pero el sacrificio de entrega incondicional que busca el bien el otro como prioridad. El que es capaz de dar todo por el otro, sin esperar nada, tocará la altura más bella del amor que se encierra en el matrimonio. El sacrificio es la leña que alimenta el fuego del amor. Para que la relación sea estable, se requiere, en forma absoluta, que las dos personas sean personas maduras, y la madurez de la persona se alcanza mediante la educación, el predominio de los valores morales y espirituales sobre los materiales, intelectuales y, aun, culturales.

Más aún, la piedra de toque de la madurez de la persona consiste en la capacidad para buscar el bien de la otra persona por encima de los intereses personales. Solo puede llamarse maduro (a) quien haya superado el amor propio, el capricho y la autosuficiencia, para vivir en función y al servicio de la otra persona. Este es el verdadero amor, indicio de madurez y garantía de estabilidad conyugal.

 EI PRIMER palo que se debe poner para alimentar el fuego se llama comunicación y diálogo. Los amantes jamás ponen el obstáculo del tiempo para comunicarse.

 El SEGUNDO es la búsqueda sincera y constante del perfecto acoplamiento de caracteres, limando las aristas del temperamento.

El TERCERO es la correspondencia entre sí; nunca se deben defraudar en las manifestaciones del amor. Los esposos no deberán olvidar esta regla de oro: “nunca pidas al otro que te ame, Tú ama.

El CUARTO palo nunca mira horario en el amor. El sí que se manifestaron el día de su boda trasciende el tiempo y el espacio.

Cito el Vaticano II para los esposos católicos. Quizá también sirva la cita para otros matrimonios: “los esposos cultivarán:

La FIRMEZA en el amor. La rutina, el cansancio, el hastío, la tentación, el aburrimiento, aparecen pronto en la frontera del matrimonio. Solo la firmeza en el amor puede vencer toda debilidad.

La MAGNANIMIDAD del corazón. (o GRANDEZA del corazón) Si los esposas solo se entregan lo estrictamente necesario, pronto se cansarán. El amor hay que darlo sin medida.

 El espíritu de SACRIFICIO.” El Sacrificio, como hemos dicho, es la leña que alimenta el fuego. La relación conyugal trata de acercar y unir a dos personas, hombre y mujer, en la forma más bella y difícil de vivir dos seres humanos. Ellos no nacieron perfectos, ni completos. Se necesitan mutuamente para llegar a ser completos sexualmente, maduros, felices. El hombre y la mujer están diseñados y hechos para vivir en pareja una misma vida. EN ESO CONSISTE LA PLENITUD.


PREGUNTAS PARA LA REFLEXION

1).- ¿Qué significa firmeza en el amor? ¿Cómo puede uno manifestar que su amor es firme?

2).- ¿Qué significa generosidad del corazón? Examinen cada una de estas palabras: Agradecer, Sonreír, Alabar, Respetar, Cooperar, Complacer, Compadecer, Perdonar. ¿Tienen que ver algo con la generosidad?

3).- ¿Qué es espíritu de sacrificio? ¿En qué casos se deben sacrificar los esposos para que puedan crecer en el amor?

4).- ¿Hay alguna circunstancia más especial que exija de los esposos un sacrificio mas grande?

5).- La piedra de toque de la madurez de la persona consiste en la capacidad para buscar el bien de la otra persona por encima de los intereses personales. Filosofen sobre esta afirmación.